¿Alquilar o comprar un piso?
Hoy en Urbanaliza os hablamos de algo que nos preguntamos muchos, ya que antes de mudarte a una nueva vivienda, surge este común denominador: ¿alquilar o comprar?
El proceso de dar con la respuesta puede resultar en una odisea, al no lograr decidirnos. Pues por un lado, pensaríamos que alquilar es sinónimo de despilfarro, ya que la vivienda nunca será totalmente nuestra y tendríamos que aguantar pesados caseros a fin de mes.
También resulta confuso pensar en la compra, puesto que una hipoteca también suena a un encadenamiento a tasas de interés, como impuestos y comisiones. Esta decisión implica un desembolso inicial y un compromiso que marcará tu bolsillo durante un buen tiempo.
Por encima, la elección no parece sencilla. De hecho, en primera instancia no existe una elección correcta a tomar. Debido a que cada caso es distinto y todo depende de las cualidades que envuelvan a determinada persona. Para guiar a los lectores de este artículo en su decisión, plantearemos variables a tomar en cuenta a la hora de elegir entre compra y alquiler.
La compra requiere de ahorros y un buen perfil personal
Los españoles, en su mayoría desconocen dos requerimientos especiales a la hora de solicitar una hipoteca, como lo son el ahorrado de al menos un tercio del precio de la vivienda: un 12% será abonado para gastos de hipoteca y compraventa, y un 20% contará como pago de la parte que los bancos actualmente no financian (ya que usualmente solo otorgan un 80% del valor de tasación o compraventa).
También hay que prever un buen perfil personal: aspectos tales como la edad, ingreso mensual, estabilidad laboral, ahorros y entre otros, afectarán su decisión y los guiarán a establecer ciertas condiciones sobre tu hipoteca.
Con esta información, es posible empezar a hacer cálculos y análisis para conocer los valores de viviendas a las que podemos aspirar. Asimismo, se debe recordar nunca dedicar más de la mitad de los ingresos al pago de las deudas financieras, incluida la cuota del préstamo hipotecario, aconsejado así por el Banco de España.
Compromiso a largo plazo e inmovilidad geográfica
Claramente la hipoteca requiere de total compromiso si no queremos vernos envueltos en problemas a posteriori como el de no poder cambiar de residencia si surge alguna disconformidad.
Esto puede no ser un problema para todos, pero si tienes en mente cambiar de ciudad a corto o mediano plazo, por trabajo o estudios, deberás contemplar la idea de un alquiler.
En cualquier caso, la compra puede transformarse en una venta o en un alquiler para terminar de liquidar la hipoteca.
Algo que hay que tomar en consideración es la responsabilidad para asumir una serie de gastos, tales como pagos para la comunidad, IBI, entre otros.
Atención total a la evolución de precios de la vivienda
A la hora de decidirte entre comprar o alquilar es básico que te informes bien del precio de la vivienda (de compras y de arrendamientos) y también de su evolución. De esta manera, podrás ver si es un buen momento para hacer una inversión en vivienda o si, por el contrario, el precio de los inmuebles es muy alto y es mejor un momento para alquilar.
¿Cuándo es mejor la compra que el alquiler?
Después de estudiar estos puntos, se puede analizar en que situación es mejor comprar una vivienda. Por ejemplo, si se cumplen los siguientes requisitos, quizás sea una buena idea comprar:
- Si buscar ser propietario de una casa. Y aunque suene obvio, si no quieres ser dueño de una vivienda, lo mejor es alquilar.
- Si tienes un buen perfil crediticio probablemente te convenga comprar una casa. Tener ahorros y estabilidad económica es un punto positivo.
- Si la casa o el piso que te interesa se vende por un precio adecuado y no se ha producido una burbuja de precios en esa zona.
Vivir en un piso compartido ya no es cosa de estudiantes
El gasto en el alquiler de una habitación ya casi supone ese 30% recomendado en distritos como Chamberí o Retiro en la capital, y se roza en municipios como Pozuelo de Alarcón. El estrés económico para sufragar la vivienda es el denominador común en personas que trabajan a media jornada o a jornada completa por 950 euros, el Salario Mínimo Interprofesional (SMI).