Los expertos vaticinan un impacto en el sector inmobiliario en España. La guerra en Ucrania será muy visible para el porcentaje de compradores rusos del sector.
Antes del brote de coronavirus, la situación financiera de los hogares españoles y las empresas del sector era, en líneas generales, más saludable que hace una década. El porcentaje creciente de viviendas en construcción, no fue tan excesivo en comparación a las estadísticas de tendencia demográfica. Por lo visto, la magnitud con la que el coronavirus impactó en la economía, afectó significativamente a todos los sectores, en especial al sector inmobiliario. La compraventa de viviendas disminuyó un 40% interanual en abril del 2019, mientras que en el 2020 ocurrió una caída del 30% y 40%. Para finales del 2021, el sector inmobiliario aumentó el porcentaje de demandas extranjeras, recuperándose así de una gran caída adjudicada a la pandemia de COVID-19.
Para 2022, el sector inmobiliario español sigue siendo muy reducido, solo un poco más que antes del 2019. Todo apunta a que, a pesar de haberse recuperado de la pandemia, todavía quedan algunos cordones por atar. Numerosos analistas expertos, interesados en el sector, indican que la guerra en Ucrania por parte de Rusia, sumará un gran peso al cual se debe enfrentar este mercado.
El mercado inmobiliario español, en general, fue testigo de una notable recuperación durante el desarrollo del año 2021. Las ventas de viviendas, durante este período, aumentaron un gran 38% anualizado en todo el país. Y casi un 20% en comparación al 2019, antes de la pandemia. Pero con la mayor parte de ese crecimiento fue impulsado por fuertes demandas locales, mientras que la demanda externa no logró recuperar todo el terreno perdido durante el año 2020.
Demanda extranjera de viviendas
Durante la última década, la demanda extranjera de casas ha sido representada por un mínimo del 6% de la cuota de mercado en 2011, a un máximo del 13% en 2016. Esto supone una inversión total de 8 mil millones de euros, por lo que la demanda extranjera es una parte fundamental del sector inmobiliario en España.
A finales del 2021, la cuota del mercado inmobiliario español había caído hasta el 10,8% frente al 12,5% del año 2019. Por lo visto, el descenso empezó antes de la pandemia, con una caída de las ventas de un 4% en 2019, así cortando casi una década de crecimiento ininterrumpido.
Iniciando el año 2020, el coronavirus generó pánico extremo entre todas las personas. De esta manera, los gobiernos de distintos países y las organizaciones mundiales, recomendaban quedarse en casa, imponían cuarentenas y reducían los números de viajes posibles entre países. Por lo tanto, muchos compradores extranjeros tuvieron que tomar en cuenta todas estas nuevas restricciones, a la hora de poder comprar propiedades en terreno español.
El Brexit también afecta al sector inmobiliario
Para el año 2021, los británicos fueron un grupo sustancial dentro de la demanda extranjera. Aunque no dominantes, como solían ser. Una década atrás, el Reino Unido representaba un total del 20% del mercado internacional inmobiliario en España, y casi el doble del siguiente mercado más grande cada año durante más de una década.
Para 2021, la participación del mercado británico cayó al 11%, justo por delante de Alemania con un 10% y Francia con un 8%. El Reino Unido es ahora solo otro gran mercado que compite por el primer puesto. Los alemanes incluso superaron a los compradores británicos en el tercer trimestre del año pasado, la primera vez que esto sucede.
La demanda británica recuperó un modesto 8% en 2021, en comparación a antes de la pandemia y se mantuvo un 23% por debajo del 2019, mientras que la demanda alemana se recuperó un 58% y un 30%, respectivamente. El Brexit, sin duda alguna, es un factor muy importante para explicar esta disyuntiva.
2022 apunta a ser otro año desafiante para el mercado
Las ramificaciones del Brexit aún se desarrollan; la pandemia de COVID-19 aún no cesa en la mayoría de países; y ahora, la guerra en Ucrania es otro motivo de preocupación.
El conflicto en el este de Europa, podría aumentar la demanda de viviendas en España, que está protegida por los Pirineos y es lo más lejos que se puede llegar de Rusia en Europa. Pero el conflicto también podría exacerbar los problemas económicos causados por la pandemia y los altos precios de la energía.