La epidemia que estamos sufriendo hoy en día (Cornoavirus o Covid-19) no se limita sólo a lo puramente sanitario sino que su impacto sobre la actividad económica y social en los países afectados se está extendiendo al resto de sectores. La inseguridad se propaga entre los inversores y se produce por tanto un desplome de los mercados de forma generalizada.
Como prueba de esto es que el Coronavirus está provocando las peores cifras en las bolsas de todo el mundo si loas comparamos con las cifras de las últimas décadas . La alarma colectiva se extiende de forma rápida y exponencial y ,como ya ocurrió en anteriores crisis, surge de inmediato la necesidad de acudir a los valores refugio o valores defensivos. Estos valores de los que te hablamos, son aquellos valores que en momentos de incertidumbre en los Mercados internacionales y/o nacionales tienen una probabilidad muy alta de aumentar sus beneficios o por lo menos mantenerlos.
Si hablamos de lo valores refugio tradicionales, tenemos que hablar ,cómo no, del valor refugio por excelencia, el oro. Éste se ha usado en crisis anteriores como una forma de mantener el capital e incluso en alguna ocasión, de obtener beneficios. También lo son los valores de empresas que pertenecen al sector de la alimentación pues, sea cual sea la crisis económica que asola un país, siempre es necesario que el sector de la alimentación esté fuertemente operativo. Aunque las caídas en otros sectores puedan ser drásticas, en el sector del oro y de la alimentación suelen ser moderadas e incluso en algunos escenarios de crisis económicas sus beneficios han llegado a aumentar.
En el caso en el que nos encontramos ahora mismo, crisis del covid-19 o coronavirus, muchos inversores, e incluso particulares, tienen la vista puesta en el sector inmobiliario y en su futuro. Aún tenemos muy reciente la última crisis económica que asoló nuestro país en 2008 y en la que la burbuja inmobiliaria que arrastró a miles de personas a situaciones límite. Esta crisis llevó consigo la desaparición de muchas empresas, sobre todo pymes. Hoy, el punto de partida de esta crisis es muy diferente ya que el origen no se encuentra en burbujas inmobiliarias o de crédito bancario, sino en una epidemia o pandemia, cuyos efectos pueden ser devastadores para la economía si nos dejamos llevar por el miedo y el desconocimiento.
En la tendencia en la que nos encontramos ahora mismo, lo normal sería retrasar cualquier decisión de compra inmobiliaria. Pero como siempre ocurre en momentos de crisis, muchos expertos ven este mercado como una oportunidad de inversión y en un valor refugio, sobretodo para los inversores en España. Se dice que las grandes fortunas se generan en épocas de crisis, y eso es una gran verdad, ya que si puedes invertir en viviendas en una época desfavorable conseguirás mejores condiciones. De hecho, muchos profesionales coinciden en que esta etapa será una etapa coyuntural y que por tanto, la actividad de los inversores regresará a los volúmenes habituales en el tercer trimestre de este mismo año. Algunas fuentes ya hablan de una recuperación en el ‘real estate’ en forma de V, otras incluso pronostican un efecto rebote en la inversión internacional una vez superada la crisis. Y hay un cierto consenso en que es previsible que se invierta más en valores tangibles como el inmobiliario, teniendo en cuenta la gran volatilidad de los mercados y que los tipos de interés se encuentran en mínimos históricos.
En este contexto en el que nos encontramos, tienen cada vez más relevancia las plataformas de financiación participativa (PFPs) y, más en concreto, a las denominadas plataformas de ‘crowdfunding’ inmobiliario. Estas iniciativas permiten que, por primera vez en la historia, pequeños y medianos ahorradores puedan invertir en grandes proyectos inmobiliarios que hasta hace poco estaban fuera de su alcance por el alto volumen de inversión requerido. A su vez, permiten que estos inversores puedan diversificar su capital en diferentes proyectos, reduciendo de esta forma el riesgo de su cartera de inversión.
Estas plataformas que deben desarrollar su actividad con la autorización y supervisión de la CNMV, agrupan a multitud de pequeños y medianos inversores para que, entre todos, tengan el suficiente capital financiero para poder participar en proyectos inmobiliarios que normalmente están reservados para un circulo de inversores profesionales o institucionales. A su vez, el pequeño inversor se beneficia de poder acceder a proyectos que han sido analizados y aprobados por un equipo profesional de analistas y expertos inmobiliarios.
El crecimiento del ‘crowdfunding’ inmobiliario es imparable y esto nos hace confirmar que la inversión en el sector inmobiliario es un valor refugio muy bueno para épocas de crisis como la que estamos viviendo. Se prevé que este mercado mueva en 2025 entre 90.000 millones y 100.000 millones de dólares a nivel mundial.
En el contexto actual de caídas generalizadas de los mercados financieros, el valor de la inversión inmobiliaria como activo a corto y medio plazo del mercado financiero gana relevancia. En este sentido, las inmobiliarias se configuran como una de las mejores opciones para acceder a este tipo de inversiones.
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